Amanecequenoespoco: Viaje Interno, viaje de invierno

¿Cuántas veces he pronunciado este invierno las palabras: "Este año, por desgracia, no viajo"? ¡No es cierto!, tanto lo he repetido que casi me lo creo. Este invierno ha sido un viaje diferente.

Ahora, dos meses y unos días después de la operación, cuando todo vuelve a tomar luz y color, cuando los días alargan y el sol calienta más, me doy cuenta que éste ha sido el mejor viaje de todos.
En una trayectoria ascendente de querer hacer todo y querer hacerlo ¡YA! El haber frenado me ha hecho analizar todo aquello que pasó demasiado deprisa como para que pudiera haberme dado cuenta.

Gracias a este frenazo, he podido pensar, analizar, dejarme llevar, llorar y reir, cantar y gritar... Pero sobre todo, he podido ser más amigo de mis amigos, más familiar de mi familia, más conocido de los desconocidos, conocerme más a mi mismo y conocer más a una persona con la que tengo todas las ganas de compartir todo e incluir en mi vida (cuyo nombre obviaremos porque me mataría jajajaja).

En definitiva, he aprendido a querer, empatizar, soñar y ser realista, llorar y reir, festejar y lamentar, retrasarse y avanzar, viajar sin desplazarme... Pero ante todo he aprendido a valorar lo que merece la pena ser valorado, por eso ahora puedo decir: " Que viaje tan bonito he hecho este invierno".

Si podeís tomaros la libertad, aunque tan sólo sean cinco minutos al día, frenar y pensar, porque como dice un hermano al que quiero de forma incondicional: " La vida en realidad es más sencilla".

Gracias a toda mi gente, realmente, cercana por haber creido en mí, icluso cuando yo ni siquiera creía. Os quiero.