El tiempo cambia y con él las ideas. En todo Nueva Zelanda se puede notar pero aquí en Queenstown, dónde me encuentro, es donde más acentuado resulta... Estamos en ese período de tiempo en el que los negocios de río y montaña de primavera y verano ya han cerrado o no ofrecen actividades, pero los negocios de invierno todavía no están en marcha, pues la nieve tan apenas a caído, torpe y perezosa, en lo más alto de volcanes y montañas de la zona.
Las temperaturas ambientales, pero especialmente, la temperatura del agua de los ríos ya no invita a remarlos, aunque seguimos intentandolo... Esto provoca una reacción en la población de viajantes de vuelta a sus países o para decidirse y dar el salto a otras partes del mundo dónde el verano, o mejores temperaturas y tiempo se aproximan.
Si a esto sumamos el hecho de que la población neozelandesa tiene un estilo de vida un tanto casero, y con esto me refiero, a que les gusta estar en casa ,y no son de viva la pepa y todos a la calle como los alicates de los españoles!! se traduce todo en una profunda reflexión de acelerar ligeramente mi vuelta a las tierras oscenses y más en concreto a Murillo de gállego dónde quiero seguir formandome en el maravilloso mundo que desconocía hasta sólo un año y medio atrás, que es el mundo de los ríos.
Todavía no he decidido el día de vuelta pues me gustaría tratar de apalabrar el coche primero, y tratar de encontrar la mejor forma de volar con mi fiel amiga y compañera de remadas (mi kayak). No obstante, no será muy tarde por lo que ya estoy emocionado por la vuelta y por veros de nuevo a todos... hasta entonces por aqui por la isla sur seguiré de pueblo en pueblo, apurando la estancia. Un fuerte abrazo del autor a todos.
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